46°. Negociables

Los otros días fui a ver a mi médico clínico, y en esa especie de charla de entretiempo que se arma en el consultorio mientras te hace la receta, terminé hablando de mi trabajo, de los guiones que escribo hace años sobre temas bastante serios (violencia doméstica, abuso, enfermedades) El médico, un poco en broma un poco en serio, me preguntó si había escrito sobre cómo resolver problemas matrimoniales... Me reí y le dije que no. Pero me quedé pensando. Hace unos días leí un artículo interesante. Hablaba de cómo no es posible separar el amor de los problemas. Y creo que es cierto. Existe una idea hollywoodense de que cuando es amor de verdad, no van a haber conflictos. Y esto es un error. Amás a una persona que es un “otro”, diferente a vos, y construir y compartir un proyecto junto a un “otro” va a tener sus desacuerdos, desavenencias y demás. Es inevitable. Siento que hoy día estamos en una fase de “si se complica, me mando a mudar”. Y pretender que en la pareja todo fluya por la ruta del placer 24/7 es un delirio. Si con uno mismo uno tiene contradicciones, ¿imaginate con otro?
Lo que sí considero es que uno debe tener límites claros de lo que puede permitir en la relación y de lo que no. Los negociables e innegociables. Con qué podés lidiar y con qué no, qué es lo que te daña, qué es lo que no va de acuerdo con tus creencias, tu autoestima, tus metas personales. Ejemplo: para algunas parejas el tema de la infidelidad es un innegociable, mientras que otras parejas aceptan una relación abierta.
Creo que son en los pequeños momentos de la relación, desde el comienzo, donde se empiezan a ver estas situaciones que te llevan a decir: con esto puedo lidiar, con esto no.
En mi caso, por mi historia familiar, sé que no podría lidiar con problemas de adicciones. Eso sería un innegociable para mí. Mientras que tengo una conocida que le hizo el aguante a su novio mientras se rehabilitaba en A.A.
Para una amiga, fue la manera de resolver problemas de su novio: escapando. Hasta que ella lo encaró y le dijo: sabés qué, si te querés ir: ok, pero no vuelvas, pero si te quedás, no te escapes cada vez que haya un lío.
Otro caso, una amiga tenía un novio que cada tanto le daba un ataque de fobia y le decía que no creía ni el amor ni en la pareja. Hasta que un día, mi amiga dijo basta, yo sí creo y yo quiero un tipo que también crea. Cortaron, pero un mes después él reapareció, sin la fobia.
Tengo un amigo que está saliendo con una chica que necesita provocar constantemente pequeñas tragedias en la relación para sentirse que están unidos. Él está dudando si seguir o no. Y mi consejo acá sería: con qué estás dispuesto a negociar. Si te bancás estas escenas, dale para adelante. Pero si te sacan completamente de tu eje y entendés que son un juego y no querés eso, entonces, no sigas en esa relación a menos que haya del otro lado una aceptación y promesa de cambio.
Puede sonar frío, pero ante una crisis de pareja, está bueno ver qué es lo que se está poniendo en juego, y ser honesto para reconocer si es algo con lo que puedo negociar o no. A partir de este reconocimiento, se puede tomar una decisión y cambiar.

Entradas populares